Este año dije BASTA y aunque estábamos en pleno Julio , me dispuse a darle un toque de cariño a mi casita.
Pero esto ha sido un completo caos.
Para empezar, lo que se suponía iba a estar listo para mi cumpleaños, el 2 de agosto, todavía está en proceso de elaboración. Y falta bastante.
Pero en realidad, yo he tenido gran parte de culpa, porque la indecisión femenina defintivamente no es cosa de juegos, al contrario.
Primero, se me metió en la cabeza que quería hacer unos nichos de yeso en la sala. Lo más difícil ha sido explicar qué diablos son unos nichos de yeso.
«Es como unos cuadros pero profundos», «Como unas ventanas para poner adornos», «Como unas repisas pero de drywall, con luces», «No, no es para poner vírgenes… que vainaaaaaaaaaa!!!»
En fin, una vez medio entendido el concepto (diseño en Corel de por medio), empieza el señor Eduardo a construir los famosos nichos. Y según mi propio diseño, eran cinco.
Luego de dos semanas, cuando por fin están montados y pintados, me detengo a ver y cónchale… como que cinco es mucho. «Eduardo, mejor pon cuatro… pero fíjate, el de la derecha, aléjalo un poco porque está muy pegado a los otros»
Estamos hablando de desatornillar, despegar yeso, quitar clavos, lijar y volver a atornillar, pegar yeso, lijar y pintar otra vez.
Unos tres días después, están listos los cuatro nichos. Muy lindos.
Peeeeeero, cuando acomodamos el sofá, resulta que el de la derecha se ve como alejado de los demás… «Eduardo, pana disculpa, ¿quieres agua? es que mira… yo creo que ese nicho como que quedó muy lejos, amigo. Esteeeeeeeee… no te provoca un yogurcito??? aquí tengo un poquito de torta que quedó de la boda de mi tía. ¿Por qué no … eh …. vuelves a poner el nicho donde estaba antes…?? digo, si se puede…»
Eduardo me mira con ojos asesinos pero del fondo del estómago logra sacar una sonrisa y me dice «Sí, las mujeres son así… igualito fue la otra vecina que me hizo cambiar la pintura como 3 veces»
Yo: «Qué horror!!! esa inhumana loca. Ajá… ahí, justo al lado del interruptor. Perfecto»
Eduardo: «Andreina, ¿estás segura de que lo quieres ahí. no? Mira que ya no me queda más drywall y la lámina cuesta 70 mil bolos. Tú dices».
Ni de vaina, así quedó bien. Ya esta es la segunda lámina y el presupuesto se está disparando como un cohete.
Pero eso no es todo… luego vino la pintura.
Qué desastre.
(Continuará…)
para mi siempre es tortuoso cuando me dispongo a hacer un cambio de cosas en la casa. comienzo a pensar: aja pongo estoy por aqui, esto por alla y fino… pero…. y esto de aqui, esto de alla donde lo pongo ahora.
y de la pintura ni se diga, la ultima vez opte por un color medio ocre para que no se sienta ese descuido mucho y se vea como algo premeditado, como de hecho lo es.
pero definitivamente los gustos de la mujer son dificiles de complacer. lo de los nichos lo habia pensado pero de madera para colocar libros o cosas pesadas pero al final no pude hacerlo
saludos y suerte con tu cambio
Vay si, que molleja mijita, vertale, decí que son pa’ poner virgenes!
Y definitivamente, decídete en como quereis tus nichos virgenceros.
Y andá pensando la pintura que le vas a poner a las paredes que no le vas a romper el record a la vecina.
Saludos, felicidad y que los nichos te bendigan 😀
CUANDO QUIERAS PINTURA vente a ccs, tengo una fabrica y una tienda.
Me muero por leer el «Continuará…» Así más o menos está mi casa. Suerte!!!!!!!!!!
Un abrazo desde Montreal
Deberias enviarnos unas foticos de los famosos «nichos» para darte nuestra opinión externa de como quedaron!!!
Saludos
REMS