Viene de «Papi, dame leche«
“Hola, mi amor!!!! disculpa, he sido una grosera.. Tú siempre tan amable y yo nunca me he presentado… Andreína, mucho gusto… “
“Mucho gusto, mamita, yo soy Carlos. Bueno, tranquila, no habíamos tenido chance de conocernos… aunque yo siempre te veo por ahí, mi reina…”
“Ay Carlitos, papi… ¿te puedo llamar Papi, verdad? Tú y yo ya estamos en confianza, nos vemos todos los días, mi amor, ya casi amanecemos juntos…”
“Usted me llama como usted quiera, mi reina. Dime, mami, ¿qué se te ofrece?”
“Cónchale, papi, sabes que en la casa no hay leche y bueno, la estamos pasando mal ¿ves? Mi mamá, tu futura suegra (guiño de ojito) está bravita porque no tiene como tomar café ni preparar puré. Yo ya no sé qué hacer, vale… ¿Será que aquí hay? Tú me puedes ayudar, mi amor?”
“Bueno, ta’ difícil… pero a usted, mi reina bella, yo se la consigo. Espérame por la puerta de atrás que salgo ahorita. ¿Cuántas quieres?
“Bueno, mi amor, si me puedes sacar cuatro litros, eso sería lo máximo!!!”
El panadero desaparece y yo me dirijo a la puerta de atrás, con los nervios de punta, pensando: “¿Y si este tipo me mete mano o algo? ¿Pa’ qué me habrá mandado a venir por aquí, donde no hay nadie? Ay Dios, quien me manda a estar inventando vainas. Y estas tetas afuera!!!! Qué loca de carretera!!! Bueno, que sea lo que Dios quiera…”
5 minutos de espera y nada. 10 minutos más de zozobra y nada.
“Coño, ¿será que el hombre este me está vacilando o qué? Y yo más gafa, creyéndole que me va a conseguir cuat… Ay, Carlitos, aparecisteeeeeee!!”
El tipo sale finalmente, asustado, mirando pa’ todos lados, como si estuviera robando un botín y temiera que la policía nos agarrara con las manos en la masa…
“Mira, mamita, te saqué los cuatro litros que me pediste pero mosca, que no te los vean… Eeeeeeeeeepa, yo no te había visto de cerca, mi reina, ¿todo eso es tuyo? ¿Qué hay que hacer pa’ comer en esa fiesta, mi amor?
“Ay chico, tú sí eres gracioso… jijijiji (la risa más nerviosa de toda Venezuela) ¡Ay gracias, Carlos!!!! Eres un sol, papito. Cuídate mucho, chauuuuuu… “
“Pero, mami ¿No hay un besito pa’ los panas?
“Ay, mi lindo, no vayas tan rápido, todo a su tiempo… “
RRRRRRRRUUUUUUUUUUUUUNNNN!!!!!!!!!!!!!!
Jamás en la vida había arrancado yo el carro tan rápido. El corazón me palpitaba como si se me fuera a salir!!!
Y lo peor es que hoy, tres días después, ya lo que queda es medio litro…. pero no, pana, que vaya mi hermana ahora a levantarse al panadero. Ya yo pasé mi susto.
Es lamentable que tengamos que llegar a estos extremos por un alimento que antes se conseguía en todas partes. Y no hablemos de azúcar o pollo. Coño!!! ¿Qué es lo que pasa en Venezuela?
Creo que ahora entiendo mejor a las cubanas … ¿“jineteras” es que las llaman?