A veces, lo que la mente trata de negar… el cuerpo lo grita sin reparos.
Mi «yo sensato» se regodea en decir que no me afectan para nada sus patanerías, que estoy por encima de esas bajas pasiones y de esos sentimientos de mujercita. Que soy tan moderna que mantengo la compostura – y hasta la sonrisa – en esta relación abierta y sin compromisos.
Pero ni mi lado sensato – ni el absurdo tampoco – logran entender por qué he llorado tres veces en un día: a las 10 de la noche, a las 5 de la mañana (la peor) y hoy nuevamente al mediodía.
Ni modo. Como bien lo dijo Pascal: «Le coeur a des raisons que la raison no connaît point»
El corazón tiene razones que la razón desconoce.
O no las quiere conocer…
Andreina!
Ya pensaba yo que essta «barquita» tan sabrosa tuya llamada «Blog» había sido condenada a naufragar en algún mar infestado de tiburones. Pero que grata sorpresa que tan imaginativo final ha sido completamente equivocado! (risas).
¡Bienvenida a estos espacios!; es como reencontrar con las pupilas aromas y texturas imaginarias, de lugares cálidos y queridos. Yo (a título completamente entregado) disfruto muchísimo de tus líneas. Llegas enhorabuena.
Saludos caraqueños!
Beny.
Caramba… Que maravilla de blog, estoy enganchada jaja Luego comentaremos Andre…! Salud por este espacio!!!!